El Autor: Horacio Garcia
Sinopsis:Argentina Virgen de los Dolores
Elenco: Argentina Virgen de los Dolores
Creditos:
Video Avance de la Obra
Notas.
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Critica Teatral:
Obra: Argentina Virgen de Los Dolores.
Por: Carlos María Alsina- ( Autor- Docente y Director Teatral)
El viernes 4 de Junio de 2010 asistí al estreno de “Argentina, Virgen de los Dolores”, de Horacio García, con Dirección General de Carlos Barro y realizada por el Grupo de Producción e Investigación Teatral Escénica TeaDanz Experimental, en la sala del teatro del Histrión de la ciudad de Neuquén.Fui a ver la primera representación con la expectativa que supone el estreno de un texto nuevo, en el marco de lo que podríamos incluir en el denominado “teatro de ideas” y realizado por un grupo que se define como de investigación y de acercamiento entre el teatro y la danza. (No es casual que su nombre sea TeaDanz Experimental, en donde se antepone la palabra que “teatro” a “danza”)Sobre un vacío y despojado escenario vi y sentí algo que jamás debería perderse en quienes acometemos la experiencia de expresarnos a través del arte, esto es: el compromiso, la pasión y el esforzado trabajo del grupo que lo llevó a cabo.La impostación que su director, Carlos Barro, intenta darle a este grupo es clara. El teatro es el punto de partida para acercarse a otros lenguajes artísticos. Por ello sería bueno denominar actrices a las intérpretes de este espectáculo y no bailarinas, más allá que en muchos momentos de la obra expresen los conflictos de los personajes a través del cuerpo y de sus movimiento. Por ello, a pesar de que las actrices no dominen en profundidad la técnica de la danza contempóranea, ello no empaña sus trabajos ni el compromiso general con el espectáculo. Es más, lo llena de una “limpia suciedad”, oximorón espero válido y positivo para este caso. Quiero decir que hay una enorme dosis de humanidad es esa entrega actoral que llega y conmueve.El texto de Horacio García posee momentos de una gran belleza poética. Hay algunas imágenes que, leyendo la obra, uno puede apreciar como de una honda sensibilidad. Es también interesante el intento de mirarnos a nosotros mismos – los argentinos - y de hacerlo a través de un lenguaje poético y, podríamos decir, épico.Sin embargo me parece un poco forzada la relación entre los siete pecados capitales y nuestros “pecados” argentinos. (Que por el otro lado no serian propios de nuestro pueblo sino que pertenecerían a toda la humanidad) No está muy justificada, tampoco, la relación entre las Musas y los Pecados. Y, creo, que es algo maniqueo el enfrentamiento entre el Bien y el Mal. Esta desgarrada Argentina (que sí, ha sufrido tanta violencia, tanto desengaño, tanta frustración, tanta muerte, tanta autodestrucción) no es casualmente un ejemplo de claridad a la hora de analizar las fuerzas que se enfrentaron para tanto sufrimiento. Es verdad que, en apariencia, hemos sido “Morenistas” o “Saavedristas”, “Monárquicos” o “Republicanos”, “Unitarios” o “Federales”, “Peronistas” o “Antiperonistas” y, últimamente “Kirchneristas” o “Antikerchneristas”, pero es casualmente una simplificación, en mi humilde entender, ver nuestra historia con esa lente. Más aún cuando la influencia de los llamados “bien” y “mal”, como siempre, navegaron en el interior de los bloques opositores. ¿Quiénes degollaron más, los unitarios o los federales, por ejemplo? Sabemos que no tendría sentido hacer una suma de esas atrocidades porque, en este caso la estadística no puede ser una rama de la ética.Creo que, en el arte, los creadores deben expresarse con absoluta libertad. No deberían ser influenciados ni por presiones del poder (que múltiples caras posee) ni por imposiciones ideológicas, ni de ningún tipo, salvo por el “empuje” de la más íntima conciencia y del más genuino sentimiento. En este caso es notorio que estamos frente a una posición genuina que se puede, o no, compartir pero que es verdadera, auténtica.De lo que se trata, me parece, es de evitar la incoherencia dentro de esa lógica y para ello el único camino es la actitud crítica que siempre será positiva. En “Argentina, Virgen de los Dolores” la oposición se encarna entre los personajes de la Virgen, representante del bien, e Hidra, representante del Mal.Todos sabemos que no hay teatro que no sea político. Toda actividad humana lo es. La religión no queda al margen de esta situación. Siempre los fenómenos religiosos se expresaron en el marco de profundas luchas políticas trátese de la religión que se trate y en cualquier época. No está mal esa definición de Marx que sostiene que “superación del hombre es la superación de la religión” entendiendo por tal reflexión el hecho que todavía ahora la humanidad vive un momento de barbarie en la cual existe una violenta y despiadada lucha entre las clases sociales. No vivimos en el Paraíso, casualmente. El estadio en el que el hombre se supere a sí mismo y llegue a convivir en una sociedad no intrínsicamente violenta como la actual haría innecesaria a la religión que, en su momento, fue un avance para la humanidad sobre todo en el caso de las religiones ahora más difundidas debido al hecho de que estas le colocaron un comienzo al tiempo.En las religiones más primitivas ésto no siempre acontecía, la Historia no sucedía.La imagen de la Virgen cristiana es histórica. Fue adoptada por el cristianismo no precisamente en sus orígenes sino casi 400 años después una vez que el Concilio de Nicea decidió que Jesús era un Dios nacido Dios y no un hombre nacido hombre que se había convertido en Dios, esta última idea central del cristianismo primitivo. Es decir, no sería posible que el hombre desplace al Padre de su lugar ya que el hombre podría convertirse en Dios. Se le quita así al cristianismo mucho de su contenido rebelde y de expresión de las clases más humildes de la sociedad o sea la esperanza de un mundo más justo, del Reino de Dios en la Tierra, conquistado para lo que menos tienen.El Concilio de Nicea marca la bisagra en la cuál la religión original de Cristo pasa a ser apropiada por los franjas más pudientes de la sociedad institucionalizándose como religión oficial del Estado. La Madre de Dios pasó a ocupar un rol central en la teología cristiana. La Madre que levanta entre sus brazos al Niño que jamás crecerá (sería muy dificil encontrar una representación de la Madre con el Niño caminando a su lado por sí mismo por lo que no habría evolución o cambio posible) se imprime en el arte religioso como imagen dominante.Escribo esto para tratar de fundamentar la idea que no hay una imagen “incontaminada” de la Virgen. Hoy mismo esa imagen es plena de símbolos en nuestra cultura.Es por ello que, en el ensayo que compartimos, opiné que me parecía interesante si se rompía esa imagen institucionalizada y, en todo caso, la Virgen era una victima más que estaba en el grupo y que, desde allí, luchaba por la justicia y la verdad o, al menos, para comprender y no repetir los errores que nos llevaron a padecer lo que padecimos. Una Virgen más “interior”, en todo caso.Hay un momento, observé en el estreno, en que ello sucede, si no me equivoco luego de la intervención de la lujuria, y ello provoca que la Virgen se despoje de su manto, por lo tanto de su imagen, incorporándose a la imagen de las demás. Dudo, en verdad, sobre la eficacia del recurso que aparece en un momento clave (el goce del cuerpo es algo muy cuestionado por la religión) lo que podría connotarse como un cambio en las características de la Virgen, cuestión que no llega a concretarse. Para que el recurso sea coherente me parece que debería utilizarse durante toda la obra. O sea, la Virgen como sinónimo de verdad y justicia en el interior del “cuadro social”.En cuánto al Mal, a Hidra, creo que también aquí habría que cuidar el no utilizar lo que la comunicación de masas últimamente, y todo el bagaje cultural, han institucionalizado como representación de lo negativo. En todo caso la antítesis, es decir, lo opuesto siempre sirve como constituyente de la tesis y como superadora de ésta.Tal vez hubiera sido una opción válida, o a tener en cuenta, la de presentar al personaje como lo opuesto a lo que es. Esa fractura quizás haga ver mejor que no todo es lo que parece.El trabajo de Carolina, sin embargo, es sólido y sostiene el rol que le tocó en suerte. También cumple con ello Mariana en rol de la Virgen.Creo que la puesta en general es coherente, prolija y correcta en lo que hace a la utilización de los espacios, al vestuario y a la iluminación.Me parece que el muñeco que es utilizado en un momento podría ser más metafórico o podría utilizarse algo más simbólico. Es muy evidente el “monigote”. Tiene mucha presencia en sí (como monigote) cuestión que siempre sucede cuando se mezclan actores con muñecos. La potencia visual de los muñecos supera a la de los seres humanos. Tal vez sería bueno construir un muñeco más estilizado, más simbólico, u otra cosa más metafórica.Otra cuestión que observé en el ensayo, y que me pareció más cuidada en el estreno, es la competencia entre el texto poético y el movimiento de las actrices y sus expresiones sonoras. A veces esos textos se pierden o se hace difícil apreciarlos.La última parte, los textos de la Virgen, me parecieron un “querer decir”. Comunicar un camino a tomar y en ese sentido suenan un poco como consejos moralizantes. Tal vez si ello se pudiera pulir o sutilizar ganaría en sugerencia y, al menos en mi caso, me permitiría sacar mis propias conclusiones de los conflictos expuestos.Los trabajos de la actrices son correctos y parejos. Hay momentos más intensos como la escena en la que se abraza al muñeco que llegan y conmueven.Me resulta difícil hacer una devolución sobre cada trabajo actoral en particular porque me parece que son parejos y que se trata de una propuesta colectiva que no hace prevalecer a ninguna en desmedro de las demás. Lograr esto no es fácil. Quienes hacemos teatro lo sabemos.Para finalizar creo es una propuesta para pensar, para discutir, para reflexionar y, en estos momentos en los cuales todo “tira” hacia lo contrario, resulta muy valiente y estimulante.Lo que se refleja con mucha nitidez es el compromiso grupal, el trabajo colectivo. Es ese un tesoro que no todos los elencos teatrales poseen y que brilla con intensidad en la propuesta de TeaDanz.Carlos María Alsina.
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